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No se por qué me ha dado este año por apuntarme a un gimnasio, bueno... sí lo sé, resulta que en Granada han abierto recientemente un mega gimnasio, algo así como un centro comercial del deporte, a lo grande, la hostia de grande, no se cuantos mil metros de superficie para que los granainos y granainas nos pongamos cachas en sus instalaciones. Una amiga me habló de el y yo medio impresionada quise verlo con mis propios ojos, en mi vida había visto tanto tio bueno junto, Tesa... tienes que ver esto tu también. Ese mismo día me hice con la tarjeta de socia y me animé con las distintas actividades que ofrecen, entre ellas las clases de baile flamenco y de ritmos latinos que era lo que mas me interesaba en ese momento, que yo ya estoy muy mayor para hacer pesas y me dan mucha pereza, oye. El primer día el monitor que se encarga de los novatos me vino a preguntar que que quería hacer allí y yo con el humor que me caracteriza le contesté que '' el camino de Santiago'' y con la malafollá que tenemos los granainos me mandó a dar pedalás a una moderna bicicleta aeroestática y yo como una niña buena en ella me subí y casi me hago la ruta del Veleta así del tirón, que bruta¡¡

Hoy he disfrutado como un marranillo en un charco, bueno, eso es un decir, porque más bien me he sentido una sirenita en una pecera, tocaba aquatraining yyyy.... señoras y señores, el agua es lo mio. Mi padre me enseñó a nadar cuando yo tenía cinco años, a orillas de la playa de La Herradura y desde entonces solo nado por ahí, por las orillas, quiero decir, donde hago pie, no me atrevo a ir más lejos, vaya ser que luego no pueda volver ... pues eso, que hacer gimnasia dentro del agua me ha parecido mucho mejor que hacerlo en cualquier tarima o máquina. El agua ofrece su resistencia, no son fáciles lo ejercicios ahí, y menos con esa joven monitora que nos instruía desde fuera de la piscina, pero yo me lo he pasado en grande chapoteando, bailando y hasta cantando el weke, weke, jajaja¡¡¡